Instante

Se levantó esa mañana en un día como cualquier otro. El cuerpo hacía sólo lo que la costumbre indicaba, llegaba al máximo de sus exigencias cada día, sin detenerse demasiado a analizar hasta qué punto, realmente, podría llegar. La vida le parecía más bien una línea a seguir, pero no se daba cuenta de que ésta le estaba pasando por delante de sus ojos sin siquiera rozarlo.
No solía detenerse a pensar demasiado qué era lo que estaba haciendo sino que, más bien, simplemente hacía; la orden de su cabeza era no profundizar, no involucrarse mucho en nada, sólo tomarse el tiempo justo, lo necesario con cada cosa, no más. Sin embargo nada lo incentivaba lo suficiente, todo debía ser rápido y, a la vez, perfectamente armonioso. ¿Pero ante quien?, ante él mismo, eso suponía.
Esperaba que las cosas le pasaran sin demasiada premeditación. Ansiaba en su inconsciente que algo lo tomara por sorpresa, pero nada, sin respuesta.
Sin respuesta... hasta ese día. Luego de una jornada vertiginosa, en la que todo había acontecido “normalmente” dentro de sus parámetros, el tiempo se detuvo en un instante, que ni siquiera pudo recordar... miro hacia atrás y no pudo con lo que sus ojos veían; la velocidad había llegado al punto de dominarse sola, aunque también había llegado a su fin, no logró llevárselo a él, pero logró ponerle un freno.
No comprendía del todo qué estaba viendo, miró a su alrededor, estaba solo; alguien, de la nada, se le acercó y le explicó lo sucedido, no pudo ni quiso entenderle demasiado, sólo se sentó y dejó que su cabeza volara, las cosas siguieron pasándole sin una explicación razonable, sus esquemas estaban fuera de orden; pero el destino, ya estaba cambiado.
Tal vez, después de esto detenga su marcha y piense antes de andar...

No hay comentarios: