Si te pica, rascate!

Consecuencias de la falta de un tornillo a una ciudad atada con alambre.


Justo ayer hablaba del subte. Los señores de Metrovías deben tener las orejas coloradas, cuántos nos acordamos de sus familias esta mañana!
Hoy me tomé el tren, otro gran amigo del hombre. Igual, que conste que me tomo el ramal del primer mundo, no puedo imaginarme cómo se habrá viajado en las otras líneas.
Para variar, estaba demorado. Lindo día para ir al centro. Esperé unos minutos, no demasiados por suerte, pero visualícense el caudal de gente en la plataforma. Charlé con varias personas, una especie de sentimiento comunitario que nos agarra ante este tipo de crisis, producto de la indignación, y que puede volverse exactamente en sentido contrario al momento mismo de ser empujados para entrar al vagón. El nivel de individualismo es tal que no importa si el precio de viajar implica aplastarle la cara a alguno.
Me picaba una pierna y pensé, "si me pica...me rasco", fue ahí cuando me di cuenta que estaba sostenida por el grandote que tenía al lado, que cada vez que respiraba emanaba un aliento espesamente matutino; por la chica con el gamulán marrón de enfrente que escuchaba música con un sólo auricular, más todo el resto que estaba a mi alrededor y hacía las veces de viga donde sostenerme. No tenía movilidad, si movía un pie pisaba a mi vecino, si movía las manos terminaría por toquetear a alguno. Mientras tanto con la cabeza trataba de esquivar a un enorme "mosquito mutante" (como los llamaron en TN). "Mejor no me rasco, que me caiga la gota por la frente".
Puede parecer a un capítulo de alguna novela de realismo mágico, al menos es el estilo que me gusta usar, pero todo es tan real como se describe, no hay surrealismos aunque parezca. Cada situación es parte de la aventura cotidiana que resulta pretender ir a trabajar de lunes a viernes (para los que tenemos suerte) por un sueldo que no vale tal desgaste.
Qué suerte tener las palabras para hacer catarsis.

1 comentario:

viajecomoelorto dijo...

muy buena descripción!
saludos
cande