Ayer tuve que tomar taxi para ir a una reunión. Me resulta interesante analizar el vínculo que tienen con la radio los tacheros, es como que uno puede reconocer más o menos el perfil del chofer que le tocó de acuerdo a lo que esté escuchando. Hay un gran porcentaje que prefiere Aspen, o Blue, casi siempre son coches más modernos, perfumados y en muchos casos son esas camionetitas grandes al pedo, porque llevan la misma cantidad de pasajeros. El chofer, con camisa blanca, habla poco, con suerte, y maneja a velocidad casi normal.
Otra categoría son los que escuchan Rock & Pop o Metro, habitualmente son taxistas jóvenes, que no tienen más de 35, o cuarentones más cancheros de jean y remera; a esos les gusta la velocidad y cuando agarran una avenida se creen parte del TC. En general te dan charla, todo empieza por el clima, como siempre, o el mal estado de las calles, pero cuando uno entra en la conversación se entusiasman y no dejan de hablarte hasta que termina el recorrido, inclusive te hacen quedarte unos segundos más con la puerta entreabierta porque no querés interrumpir la emoción que siente de poder interactuar con una persona que no sea la voz de la radio.
Los que escuchan Radio Diez: Ayer me tocó uno de esos, en este caso el tipo era silencioso y fumaba sin preguntarme si me molestaba, o no, el humo. El programa que estaba escuchando tiraba frases discriminatorias contra los chinos y los gays sin piedad, pero el taxista no emitía opinión. Tuve suerte, porque la gran mayoría de los que escuchan esa radio son los que se refieren a "la yegua", y esa clase de improperios esperando una respuesta coincidente del otro lado. Me molesta la gente que piensa de antemano que uno tiene que pensar como ellos.
Después están los que se llevan su propia música, que ni bien se dan cuenta de que vos tarareaste un poquito la canción suben el volumen como haciéndose los cancheros, anulando toda posibilidad de charla con él y obvio, con la persona que viaja con uno en el taxi.
El problema es cuando te toca el que escucha música que a uno no le gusta ni un poco. En Córdoba, por ejemplo, el 95% de los tacheros escucha cuarteto al mango, pero al mango eh! y le importa un bledo si tiene o no pasajero. Varias veces me pasó de llegar a esa ciudad, bajarme del micro, tomarme un taxi a las 8 de la mañana, y que me taladren el cerebro con la Mona Jiménez...en ayunas!
De esos hay varios en Baires: los fanáticos de la electrónica con el auto lleno de lucecitas azules y medio tuneado; los cumbieros con el chupete del hijo colgando del espejo (o la virgen desatanudos); y ahora se sumaron los reggeatoneros; todos tienen la misma actitud, no les importa si te gusta o no su música la ponen bien fuerte y si agarran la Lugones, ahhhh, agarrate la peluca!!
4 comentarios:
Buenísima la clasificación! Amo los del primer tipo. Esos me gustan, para eso una se toma un taxi, caracho.
aaaaaaaaaaaaaaaaaaajajjajaaajaja! agus, por favor, anda preparando el monólogo! muy bueno! próxima entrega los chicos que te atienden en cadenas alimenticias! daleee! daleee! daleeee! jajaaj!
Jeje gracias por los comments lindas!!! No entendí lo de los chicos que atienden cadenas alimenticias Verito, te referís a Mc donald's y ese estilo?
claro! te tiro el fixture: mc donald's + burger + starbucks + tea connection + café martinez ... a havanna dejamelo a mí jajajaaja!
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